noam chomsky

En un blog amigo hablan de algunas de esas grandes pasiones que parece que se convierten en el faro que debe guiar todas las vidas. Grandes pasiones que intentan el bien de la humanidad, que tratan de cambiar el mundo. Y Clebarr responde que en los últimos años su vida tiene que ver con jugar con los amigos al buzz más que con las grandes razones. "Fuera de estas pequeñas cosas con mi entorno palpable, el resto me la trae al pairo". Luego están los demás que se pelean por el papel que jugó cierto país en la economía mundial o si puede llamarse democracia un lugar en el que prima una extraña ley de reparto de escaños parlamentarios. Me parece que Clebarr hace un comentario muy inteligente; lo que quiere decir basicamente que estoy de acuerdo. Como cuando alguien te dice que tienes una camisa muy bonita porque tiene una igual.
Y en esas escucho Astrud, un grupo de esos de los que hablan de lo que les interesa, y en esos intereses no esperes que aparezca ninguna crítica al nuevo orden mundial. La canción que me taladra se llama Noam Chomsky, el hombre que se ha convertido en azote de los bien pensantes norteamericanos destapando las vergüenzas de la tierra de las libertades. Astrud cuenta cómo Noam se enamora de una joven valenciana. Cómo no lo coge el teléfono a los anarquistas. Cómo deja de interesarle el mundo. Sólo quiere que su valenciana le agregue en el messenger.