Echaba de menos llegar a su casa y encontrarme al instante un paquete de dipas con su bote de salsa, o una macro copa de brugal con su limoncito bien exprimido mientras le instalo cualquier programa que sé que no usará en el ordenador.
No echaba de menos su mirada jocosa hacia mi incipiente barriga y el comentario posterior acerca de porqué no me paso un día a entrenar.
Si no lo veía no era porque estuviera por ahí escalando en hielo con una bici a cuestas o trabajando en cualquier carretera. Tampoco es porque se haya mudado o por que ande en sus primeras lecciones como papá.
No lo veía porque no ponía de mi parte tanto como debiera.
Ahora la cosa está fácil. Pongo la tele y aparece en el anuncio de una famosa marca de 4x4.
Por si lo lee diré que se nota que no va a entrenar con frecuencia, no como el torero, que seguro que hace flexiones mientras duerme el "ioputa".
lunes, 21 de enero de 2008
¿Dónde está oskar?
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yo, como no lo conozco, sólo echaba de menos sus acojonantes fotos.
ResponderEliminarJoer..que manera de arriesgar la vida!! pero bueno, dicen que no se vive la vida si no se la arriesga al menos una vez al dia. Max
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