jueves, 24 de mayo de 2007

En un chino lleno de chinos comiendo comida china

Soft hace sonar su anillo mientras conduce. Yo, si lo llevo, me lo voy cambiando de mano cuando no lo hago girar.
Sigo con el de mi padre hasta que me convenza de que me aprieta demasiado o me decida a comprar uno igual (yo siempre con la ilusión de que adelgazaré).

Me he encontrado a un antiguo amigo de instituto en Hacienda, es la 2ª vez y creo que habrá muchas más. Es un tipo agradable, me caía bien entonces y lo sigue haciendo ahora que coincide conmigo en la visión dual que existe en la pareja respecto al tiempo libre.
Nosotros comemos con ellas, cenamos con ellas, dormimos con ellas, desayunamos con ellas, algunos hasta trabajamos con ellas (e incluso nos casamos con ellas) con lo cual, en nuestro tiempo libre tenemos ganas de ver a los amigos. Ellas no lo ven así: "no me has echo caso en toda la velada" "quedamos en que ibamos a hacer xx" "¿entonces no me vas a acompañar a ver esos muebles que te comenté que son tan monos y que nunca podríamos comprar?" etc.
"Ellas quieren tiempo de calidad" me comenta mi antiguo amigo mientras nos sonreímos socarronamente bromeando acerca de esos tiempos de calidad que coinciden con un Betis- Sevilla o cualquier otro estereotipo machista que se nos ocurre.

El otro día terminé de trabajar a las 10 PM después de jugar a "presentar documentación en la otra punta para traerlo de vuelta antes de que cierren atravesando calles anegadas y practicando la escalada en pared de nave industrial". Soft sufrió junto a mí y decidí que sería bueno disfrutar de uno de esos momentos dejando que me invitara a mi chino favorito (ya le iba tocando a ella).
Nunca tuve dudas acerca del local ni antes cuando los veía comprar en Elcortinglé ni ahora habiéndome encontrado el restaurante chino copado de turistas chinos comiendo comida china que no se parece en nada a la que solemos comer nosotros. Ni un rollito. Ni un cerdo agridulce-buñuelo de viento style.
Ya sabía lo diferentes que pueden ser unos chinos de otros porque el arroz de los chinos en sudamérica no tiene nada que ver. Así fue como entendí lo grande que es china con sus ¿5? grandes regiones que se expanden gastronomicamente en distintas direcciones, por no mencionar que en cada destino la materia prima cambia.
El caso es que me sorprendió la cantidad de verde que llenaba los platos, o cuencos (todos comen mucho verde) así como la obligatoria presencia de trozos de naranja. -El hincapié en el tipo de comida es por lo tradicional de sus platos frente a la pinta yanki-occidentalizada de la mayoría-.
En los Starbucks en cambio no suelo ver turistas chinos (no confundir con los de EEUU).
De forma automática me vino a la mente la frase "naranjas de la china" pero mi maldita intoxicación musical me llevó a asociarlo de corrido con la imagen de Enrique y Ana cantando aquello de "Super Disco Chino Filipino" (busco en google imágenes de Enrique y Ana y me sale Kournikova con el maromo).

4 comentarios:

  1. ¿Chinos comiendo en un restaurante chino? Joder, que raro.

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  2. ¿Tu ves muchos? Yo como mucho a los camareros en su hora de descanso

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  3. a los chinos nunca se les ve en los chinos, en los colegios (a menos que sean adoptados), jugando al baloncesto (a menos que sean yao ming)ni sacando al perro.
    Si alguien ha visto alguna vez a un chino haciendo algo de eso, que me lo haga saber.
    Y para esto Lila no cuenta como china.

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  4. Lo cierto es que mis vecinos de arriba son chinos. Se trata de una familia sin perro pero a los hijos siempre me los cruzo volviendo a casa con el uniforme del colegio.
    En frente también tengo chinos. Desconozco si son familia, desconozco su número y desconozco si los niños van al colegio porque el único uniforme con el que los veo es el de las diademas con muelles y estrellitas y el par de bolsas en cada brazo.
    Coñe, acabo de darme cuenta que vivo en El Barrio Chino. ¡Que Chuliii!

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