jueves, 24 de mayo de 2007

Anostálgico perdido

Lila tiene cierta tendencia a recordar. Recuerda todo lo que algún día ocurrió. Como mi abuela, que lo recordaba todo aunque nunca hubiera sucedido, pero a aquello lo llamaban demencia. Recuerda cómo un día se sentaba al final del autobus y con su amiga siamesa copiaban la tarea de winnie cooper. Lo recuerda y me parece escuchar la voz de Joe Cocker cantando "with a little help..." en una infancia recordada como si estuviera directamente extraída de la televisión.
¿Y yo? Bueno, claro que podría contar aquella vez que el profesor me tocó el culo o cuando cogía palomas para luego ver cómo volaban desde mis manos. He pasado tardes copiando frases en papeles que luego tiraba a las calles, sólo esperando que alguien la leyera. Pero mis recuerdos tienen más que ver con jugar con las bolas que la policía tiraba a nuestros padres, con casas que serían grises si pudiera existir ese color con la luz de Cádiz. Con barrios en los que nadie se atrevía a cruzar, sin una sola farola, con un tipo pegándose un pico en un portal o un loco apedreándo lo que allí llaman "casapuerta". Todo mezclado con pescaito frito y patadas en la playa. Viajes de 1200km en un renault 6. En clase era el niño perfecto al que nadie comprendía. Lo que ha cambiado con el tiempo es que ahora no soy perfecto. El empollón que no lo parecía tenía que colocarse el remolino de punta para parecerlo.
Y mis amigos. Los que lo fueron entonces ahora son policías, guardias civiles o están del otro lado, como si hubieran intentado separarse en dos grupos simétricos. Uno de los que jugaba al fútbol con nosotros ahora lo hace en primera y al que siempre insultábamos ahora sale en la tele. Los buenos los he ido recolectando con los años, buscando aquí y allí. La mía no fue una infancia de azoteas aunque era el mejor sitio para colocar todos mis clics de playmobil. Tan y feliz y tan triste como cualquiera. Será que el único momento que puedo recordar sonriendo es el ahora.

4 comentarios:

  1. Vale, hoy me tocaba escribir en plan gorrión en el bolsillo pero, como siempre, el tuyo queda mejor y no es plan de estropearlo.

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  2. Bueno, bueno...

    no debe ser tan malo recordar cuando todo lo que recuerdas también nos hace sonreir ahora.

    Delicioso comentario que leo y me descubre, tres años después, al pequeño k del que poco conozco más allá de una foto en blanco y negro, que nos recuerda al pequeño de los "Serrano"...

    dicen que recordar es vivir dos veces, insisto, no debe ser tan malo...(si no es lo único que se hace)

    Me alegra leerte...

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