¿Dondé estabas?

Se aproxima la fecha en la que pasaré de cumplir años a cumplir vidas.
Falta cosa de un mes, tal vez menos tal vez más. Y vienen los nervios.

Para estas cosas nunca se está lo suficientemente preparado. No importa cuánto tiempo lleve la mini cuna envuelta bajo la cama esperando a ser montada, no importa si la cómoda ha dejado de ser cómoda para ser "el mueble de Laurita".
No importa cuanta ropita le hayas comprado que apenas usará un par de meses ni cuántas horas hayas dedicado a  descoser las prendas que vienen con etiquetas en el lugar menos adecuado (olvidé hacer una foto a la inmesa etiqueta semi rigida dentro de las minimanoplas).

A estas alturas vivo en una especie de sueño algodonoso y desenfocado. Estoy más sordo-gordo que de costumbre y no me importa. Ni siquiera me molesto en mirar mi cuenta bancaria y enfadarme con los cobros inesperados.

El tiempo pasa despacio y se mide por pataditas y bultos.
Ya no hace calor o frío sino temperatura adecuada para la niña o no.
Soft se molesta porque no leo los artículos que me muestra sobre el cuidado del bebé y yo ando molesto por no haber preparado ninguno de bienvenida.

Estoy pero no estoy, y a mi ya de por si elevado nivel de activación se ha unido un run run que va cogiendo revoluciones mientras gira por mi cabeza.

Reconozco que hoy por hoy me pica la curiosidad. No hago más que imaginar el momento.
¿Dónde estaré cuando llegue? ¿qué estaré haciendo?