viernes, 7 de diciembre de 2007

Iba a hablar del "charco de los jipis", de que no recuerdo qué chica
me llevó allí por primera vez ni a cuantas habré llevado yo (tampoco
me conviene recordarlo teniendo a Soft aquí al lado, a la que por
supuesto también llevé a disfrutar del paisaje).
Iba a hablar de esa zona en la orilla del río a la que se llega por
una poco transitada carretera que lleva a un conocido cuartel militar.
Iba a hablar de lo peligroso que es meterse allí en época de lluvias y
del riesgo que se corre de tener que llamar a una grúa y explicar
dónde estás, evitando el porqué estabas allí donde Cristo perdió el
mechero (y tal vez otras cosas si es que realmente se le perdió el
mechero por allí).
Iba a hablar de lo parecida que debe ser la zona con la famosa colina
de Hollywood, pero sin cadillacs.

Iba a hablar de todo eso pero me ha llamado Pablo, que viene a
Sevilla. Y aunque no viene a verme a mí y mucho menos es un viaje de
placer, tener noticias suyas me deja la mente en blanco. Y la cabeza
se me llena del sabor de la "madalena" de Proust. Y recuerdo cuando me
escribía desde Djövic (o como se escriban esas ciudades cercanas al
polo) y me contaba que los pelos de la nariz congelados son como
agujas, o cuando nos daba por subir a la maroma en pleno invierno con
un tormentón de nieve. Aunque para tormentón el que nos pilló en el
telesilla de Sierra Nevada; aprendí a hacer snow con un esquí porque
uno de los enganches se soltó en la primera caida bajando
obligatoriamente por las pistas ante la imposibilidad de hacerlo de
forma mecanica.
Pa habernos matao.

Cuando la "madalena" de Proust me habla de Pablo también recuerdo a su
hermana. Una belleza que dejó de existir hace unos años, segundos
antes de que yo pasara con la moto por el lugar del siniestro sin
saber que una parte de él se quedaba ahí también sorprendida por
aquella furgoneta.
Aquel accidente me lo quitó todo de golpe. No sabía que era ella pero
la escena me dejo sobrio.
Esta tarde sin embargo, me tomaré una a salud, con él si puede ser. Y
otra a la salud de su recien nacida, y otra de despedida, porque puedo
y porque de casa de Migue a mi casa hay 5 minutos, andando.

2 comentarios:

  1. Creo que ya sé una cosa más de ti, que para motivarte hay que darte dos ostias.
    Sigue escribiendo cosas así y déjate de las chorradas del ubuntu o de cualquier cosa con nombre de tribu africana (que sí, que ya sé que éste es tu blog y que haces lo que te viene en gana).

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  2. Me gustaría saber escribir con la claridad de ideas y con la facilidad de expresión que tienes deni...algún día tendrás que escribir algo gordo. Yo te animaría desde luego. Anonymus Max.

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