Acaban de llamar del trabajo. Mañana tengo que recoger una documentación y salir pitando para Casablanca, de nuevo.
A dos días de mis vacaciones y con un paquete de threadless esperando en la oficina de correos.
No me molestan las llamadas nocturnas ni los viajes relámpago, me jode un poquito que mi careto sea lo primero que se les venga a la cabeza a mis jefes cuando piensan en alguna solución urgente.
Va a ser cuestión de sugerir un aumento "urgente". Claro que otra opción es quedarme sin trabajo.
miércoles, 29 de agosto de 2007
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