La Nasa y los bosques

Recuerdo que a una amiga la contrataron para realizar la selección de los nuevos miembros de la Policia Local en un pueblo cuyo nombre no viene al caso. Al llegar, lo primero que hizo el "cliente" fue pasarle la lista con los tipos que debían pasar las pruebas, entre los que se encontraban como era de esperar un par de "psicópatas" de cuidado.

Se me ocurren un par de motivos más (casi siempre relacionados con intereses económicos) por los que cada verano encontramos noticias acerca de la devastación provocada por un tipo que se encarga de velar por la naturaleza hasta que se le termina el contrato.
Me mata que estos tipos que se cargan tanta belleza sean los mismos que nos impiden acampar.
Iba a decir que sería como si algunos policías se pusieran a vender droga en su tiempo libre o los administradores de los derechos de los artistas prohibieran sus actuaciones pese al desconcierto de éstos, pero son malos ejemplos.

Por otro lado tenemos a La NASA. Esa sociedad que aglutina mentes maestras, genios que cargan con la responsabilidad de llevar la voz cantante en el difícil mundo del contacto interplanetario. Esa gente pasa por mil pruebas de todo tipo que demuestren su aptitud y termina tomándose unas copitas de más antes de salir al espacio o intentando raptar a la perra que les ha levantado el novio.
Lo entiendo. Te meten en una caja que da vueltas a tropecientas revoluciones por minuto o te aceleran y desaceleran el cuerpo cien veces al día, es lógico que el día D te sientas raro si caminas erguido sin esfuerzo.