Aproximadamente a los x años dejé de llevar plantillas. Me estaban arqueando las piernas y conforme perdía la musculatura del waterpolo empezaba a parecerme a John Wayne recien bajado del caballo.
Los pies me duelen cuando camino, lo cual no es impedimento para que vaya andando a todas partes. Y al menos sé que hay razones físicas por las que me cuesta tanto andar descalzo por la orilla del río.
La cosa es que últimamente, en mis carreras por el río, los pies me cosquillean y hacen amago de "dormirse". Hasta ahora lo achacaba al sobre-sobrepeso y a la falta de forma, pero el dolor en el empeine y la duración del mismo me dicen que no, que hay que poner remedio antes que cacharritos con GPS, y que mis pies, que en su día no sirvieron para librarme de la insumisión (estar sordo valió para algo) necesitan más cariño. No sé si cambiando el calzado, volviendo a las plantillas o jugando a coger canicas con los dedos.
Mientras tanto seguiremos hablando de música, tecnología o sociedad (me juego el nick a que esta misma tarde me pongo las zapas como buen incongruente)
lunes, 11 de junio de 2007
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