lunes, 26 de marzo de 2007

El olor a piscina de mi infancia

Camino por una calle cualquiera cuando me llega el olor a piscina climatizada, esa inconfundible mezcla de vapores y gente a la que tan acostumbrado estaba.
En seguida me ha venido a la mente el recuerdo de los obligatorios 5000mts diarios con su posterior entrenamiento especial.
Los sábados de competición que me escondía en los baños en cuanto terminaba la clasificación de estilo libre para no participar en las de braza. Odiaba las competiciones de braza porque me preocupaba más la ortodoxia que la velocidad y no soportaba perder con estilo.
Que no se confunda nadie, no soy competitivo. Me obligaban a nadar para jugar a waterpolo. El problema es que siendo bueno, ya que compito lo hago en mi fuerte, y la braza no lo era por mucho que mis piernas parecieran ancas de rana.

No sé porque se empeñaba con la braza. Ni entendía porqué, siendo de los más rápidos, jugaba más tiempo en el centro que de boya.
A esa edad todos queremos meter goles y Guardiola todavía no era nadie.

También recuerdo esos interminables dolores, sentado en el vestuario con las manos en los oídos, aguantando las lágrimas mientras todos van saliendo. No, no lo recuerdo, me duele intentarlo pero no lo recuerdo. Gracias a dIOS.

2 comentarios:

  1. ¿Y a mí que la braza me parece el estilo más estético y el que más me gusta mirar? Será defecto profesional...

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  2. y por supuesto era una exclamación y no una interrogación lo que quería poner

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