jueves, 22 de febrero de 2007

El escurrimiento de la creme


Este post iba a ser un post personal pero la noticia de la inminente incorporación del príncipe rebelde de Inglaterra a la guerra de Irak gana en relación al título.
Un príncipe acosado por la prensa, que se empeña en sacar fotos cada vez que se fuma un porro, mete mano a una pureta en cualquier after o golpea a un periodista. Un príncipe que va a fiestas de disfraces disfrazado de Hitler.
Un príncipe al que ingresaron en la academia militar pensando probablemente que le inculcaría disciplina. Toda una irresponsabilidad en los tiempos que corren.

Me imagino al principito parapetado en la retaguardia con una serie de soldados a sus ordenes (porque va de jefe), feliz, sabiendo que los libros de historia mencionarán su participación en la guerra, sin pensar que su voluntad de jugar a un poli-ladrón a lo grande obligará a cambiar planes y reubicar hombres.

Si intuyera en él un mínimo de inteligencia pensaría que trata de escribir su propia historia y recorrer su propio camino, incluso aceptaría esta decisión como un intento de huir del amarillismo rosado de cierta prensa británica.
Si intuyera en él un mínimo de sentido común pensaría tantas cosas. Pero solo se me ocurre que está deseando sentir ese orgasmo que algunos sienten al matar a otra persona.
Se me ocurre que los cientos de vídeos que pululan por Youtube mostrando las vergüenzas de los soldados americanos podrían tener algo que ver con la decisión que ha tomado este príncipe gamberrete, deseoso de disparar contra perros y hacer correr a niños tras el camión blindado esperando recibir una botella de agua o una chocolatina.


Me repugna pensar que hace unos años los de mi generación se veían obligados a empuñar un arma por imperativo legal; que un poco después eran obligados a trabajar gratis (quitando un puesto de trabajo, además) durante un año por negarse a empuñarla; y que hoy día un millonario adolescente sobatetas con más poder del que jamás tendrá el presidente del gobierno español crea que una buena ráfaga de ametralladora sea la forma más idónea de mejorar el mundo. ¿O pensais que su interes es humanitario? A lo mejor tenéis razón y es que el pobre no ha encontrado el número de Príncipes sin Fronteras.

Otra opción que se me acaba de ocurrir, es que este hecho sea un anuncio evidente y cuanto menos curioso de que Inglaterra retirará sus tropas de Irak en menos que canta un triunfito.
Después de todo el principito podrá vacilar en los pubs con su medalla al valor y nadie podrá discutirle que se volvió después del último.

2 comentarios:

  1. Yo, que soy de esos de tu generación que tuvo que empuñar un arma y tirar a la basura 9 meses de su vida, firmo todo lo que has escrito y resalto que me produce verdadero asco este tipo de personajillos. Bien por ti y por tu post

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  2. supongo que sería defender a nuestra hispana y prólija monarquía decir aquello de "haz el amor y no la guerra".

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