Apple saca el iPhone ahora que estoy pensando pillar una HTC o un móvil con wifi.
Al final acabaré gastando un dineral para quedarme contento, con lo facil que hubiera sido que alguien me regalara una camiseta chula, de esas que no le gustan a mi madre.
Los regalos son una cosa delicada. No debería haber una fecha obligatoria de entrega de regalos porque estos no tienen porque coincidir con el gusto del receptor.
- No regales ropa si no estás seguro de conocer sus gustos o no has sido nombrado estilista personal por parte del interesado. Olvida esa arcaica idea de que gracias a tus regalos empezará a vestir bien.
A ETA le pasa algo parecido solo que le faltan habilidades sociales.
Hay una tregua y decide demostrar su buena fe deshaciéndose de su stock de explosivos de temporadas anteriores.
Tiene tan buenas intenciones que quiere que todos lo sepan así que busca un lugar concurrido, para que haya testigos.
¿Que porqué no lo tira al mar? Porque entonces nadie se enteraría de sus buenas intenciones.
Por eso en seguida nos informa que "la tregua sigue en pie".
Gracias a esa información el estado puede seguir deteniendo a sus miembros y nosotros podemos caminar tranquilos por la calle sin miedo a un atentado, tal vez con una pizca de miedo a efectos colaterales de otro gesto de buenas intenciones.
Fíjate si ando tranquilo que esta mañana camino del Colegio Notarial, al pasar por la Plaza Nueva me he detenido a ver si era verdad eso de que han respetado el escudo der Beti que tantos japoneses vienen a visitar -vienen a eso a Sevilla ¿no?-.
Ahí andaba yo, con mis pantaloncitos, mi camisa, mi bufandita y mi portadocumentos, andando en círculos mirando al suelo. Una de las veces que he levantado la vista buscando una referencia he visto a dos obreros mirándome, serios, con cara de sevillistas. Uno de ellos ha hecho un gesto brusco, señalando con el dedo a su derecha, hacia abajo, a un metro escaso de su bota. En seguida he comprendido que no un etarra avisando lo más educadamente que podía de un inminente "cuerpo a tierra", tampoco era Steve Jobs ordenando que besara el suelo que pisa. Era un bético del universo tranquilizando a otra de las criaturitas.
Ya que Lopera no nos da alegrías, al menos que el Ayuntamiento no nos las quite.
miércoles, 10 de enero de 2007
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