lunes, 11 de diciembre de 2006

Las futuras familias de rancio abolengo

Lo malo de los dictadores es que no son estériles. Ni surgen por generación espontanea.
Los dictadores tienen familia. Peor aun, descendencia. Una descendencia que hereda la riqueza pero no la condena.
Podría plantearme que nadie tiene la culpa de lo que hiciera o no hiciera su abuelo o su padre (¡el tuyo!). Pero no, no me lo planteo porque a excepción de Bill Gates conozco pocas historias de familiares de dictadores que se gasten un solo euro en paliar los efectos coleantes del mandato de su yayo. Ya sea un cheque con algunos ceros a las zapaterías expoliadas, o la cesión de algunas de las fincas expropiadas para cultivo y disfrute del pueblo.
Los dictadores (y muchos lideres políticos) deberían tener un chip. Como los violadores con permiso carcelario -si se ve bien para unos ¿porque no para otros?-. En ese chip quedarían reflejados los cambios económicos materiales o de estatus social, pudiendo ser accesibles por cualquier habitante del planeta desde la web.
- El delegado en funciones del vicepresidente del consejero de urbanismo del ayuntamiento de Villarriba acaba de adquirir una casa de 1 millón de euros a cambio de favores en las próximas concesiones de obras en el jardín del alcalde de Zalamea la Bella.
- El actual presidente de Gobierno acaba de regalar a cada uno de los hijos de su secretaria
una Harley Davison con fondos reservados. Su mujer despechada se ha sentido con la obligación de gastarse la misma cantidad más 1 euro en un viaje con su monitor de "adquisición de joyas de valor superior a 5000 euros".
- El Director de la Guardia Civil del Estado Independiente de Espadalaser se esta metiendo una gorda de coca con dos prostitutas dilapidando la fortuna que le ha sobrado de las comisiones por la venta de golondrinos a cambio de la compra de residuos tóxicos e
tc.

¿Que porqué me pongo así?
"¿Y tu me lo preguntas?" Se preguntarán los hijos de Pinochet reflejando su mercedes en tu pupila azul.
¿Y tu me lo preguntas?
Estoy así porque mientras cenaba he sentido repugnancia al ver bailar a una, a esa, llevándoselo calentito (esta vez gracias al sudor de su frente) y enseñando su sostén de lentejuelas rojas a la cámara, y he recordado que alguna vez leí que su abuelo tenía el teléfono siempre a mano para dar el toque cuando la presentadora del telediario tuviera un escote poco decente (por debajo de la nuez, se entiende).

1 comentario:

  1. Me quedo con una frase que leí en algún blog sobre la muerte de Pinocho: Otro dictador que muere en la cama.. ¿Muy fuerte no?
    Esta mañana leí que la familia sea procesada por algunos delitos, que sí tienen que ver con el abuelo, aunque sólo sea por complicidad.

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