Conozco puntos vitales y zonas de dolor.
Sé donde hay que golpear para romper y cuanta fuerza hay que ejercer para luxar.
No se me da mal estrangular, de hecho se me daba estupendamente. Tenía una especie de facilidad innata para agarrar cualquier tipo de prenda cercana al cuello y utilizarla para dejar sin aliento o riego sanguíneo a mi oponente.
El problema es que me conozco y sé que soy incapaz de hacer daño físico voluntariamente.
Por eso me alegro tanto cuando veo éstos vídeos. Vídeos de jóvenes que se graban lanzando cosas a los peatones desde el coche, dando collejas, rompiendo la propiedad ajena etc. Pero que no tienen final feliz (para ellos).
Hoy por ejemplo me he imaginado que cualquiera de estos 2 chavales ha sido el hijoputa que ha rallado el coche nuevo de Soft de extremo a extremo. Lo reconozco me quedo muy a gusto después de ver como reciben su merecido.
Espera, me lo voy a poner otra vez... AHHHHH ahora sí, ya puedo seguir con mi vida otras 2 horitas hasta que se me pase el efecto.
miércoles, 15 de noviembre de 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hagas lo que hagas y aunque lo vuelvas a pintar, siempre habrá un artista callejero que haga con una llave un graffiti en tu puerta de atrás
ResponderEliminaren Alcalá la última gracia trata de lanzar naranjas a peatones como yo o como mi buen amigo Max; a mi por suerte me dieron en un hombro a escasos 5 metros de distancia (menos mal que no le dieron a Yoli o a Icíar), pero a Max le rompieron directamente las gafas causándole daños en un párpado con los cristales; cualquier día salimos en er yutú ese...iba a decir aquello de "en mis tiempos esto no pasaba", pero me niego, ESTE SIGUE SIENDO MI TIEMPO
ResponderEliminarA pesar de lo fuerte de los vídeos entiendo tu sentimiento y cuento el porqué...
ResponderEliminarcuando tenía el bar de copas, los viernes aparecían por él unos macarras hijosdeputa de mierda que solos no se atrevían ni a mirarte a la cara pero que en grupo eran peligrosos. Se dedicaban a romper cosas, dar palizas por la calle a la gente, asustar a las chicas y como no a pasar droga... pondré un ejemplo de sus "andanzas", una noche mientras yo hablaba con mi hermano dentro de la cabina de pinchar escuché: "fuego, fuego" miro por la ventanilla y veo a uno de los HP con un spray de laca alimentando un mechero en mitad de la pista de baile, salí a por él le di una ostia (aunque era el doble que yo) y llamé a la guardia civil, los coleguillas del ejemplar sólo se reían pero no se atrevieron a nada más (ésta es sólo es una de las decenas de "historietas" que tengo de las chavaletes esos). A los pocos meses me dijeron que el líder de la pandilla se había suicidado y un mal sentimiento de alegría me recorrió el cuerpo. ahora sé que dos de ellos están en la cárcel...
a veces la vida es justa.