sin palabras

Todo blog debe tener al menos un par de posts mensuales en los que el blogger se disculpa por no escribir muy a menudo y se propone postear con mayor frecuencia. En estos días no he tenido demasiados sentimientos de culpabilidad porque he funcionado como ayudante de mudanza, cuidador post-operatorio, escuchador de viajes a la India, abridor de paquetes regalo de la India, visitador de amigos, adorador de ganesh, viajante por tres provincias andaluzas, comedor de tapitas sevillanas, ayudante de fotógrafo en insólita sesión en planta solar, tocador de barriga de amigas embarazadas, colaborador en el diseño de un nuevo blog, pachangero de baloncesto, corredor con pulsómetro regalado, montador de mueble de Ikea para piso no mío, montador de mueble no Ikea en piso mío, acompañante de árbitro en insufrible partido, lector de libros sobre economía, receptor de regalos para el nuevo piso, comprador en rebajas, cargador de maletas insomne en la vuelta a Madrid e inaugurador de pisos color manzana.
Antonio Gala tiene cientos de bastones. Cuando alguien le pregunta si colecciona bastones suele decir que colecciona amigos que regalan bastones, una frase que por sí sola vale más que la mitad de su obra literaria. Yo sólo colecciono lo que puede caber en una maleta. Cualquiera puede decir que tengo publicidad de los años 70 o que tengo más zapatos que el resto de personas que conozco, pero nunca he creado o seguido una colección. O eso creía. Un piso nuevo requiere un montón de compras y si tu ordenador elige ese momento para morir te conviertes en el usuario tipo de un crédito fácil. Pero ahí llega alguien y te acerca una batidora, otro te lleva una plancha, platos,una alfombra, una tele, un ordenador...Ahora ya puedo decir que colecciono algo.