martes, 11 de marzo de 2008

Ya es Semana Santa

Ya empiezan a decirme por dónde no tengo que caminar, por dónde no
puedo pasar, dónde no puedo aparcar, dónde no podré dormir...

Una chica de paisano pone una valla delante de mí y me obliga a dar un
rodeo que pasa por la acera opuesta. Le comento que, por ¿educación?,
sería mejor esperar a que pase ya que no viene nadie más detrás y se
trata de un metro escaso. Se la pela, lo importante es hacer la ciudad
insoportable para sus habitantes (no practicantes) con el fin de que
esté coqueta para sus visitantes.
Entre ellos está, ya, trabajando, la periodista de la escuela de Jesus
Hermida, Inés "de verdad de verdad", que parece que vuelve a la tele
para mi desgracia. Creí que el PP había perdido las elecciones (no me
pregunten porqué se me ha venido esa asociación a la cabeza).

Soft está convencida de que el otro día nos cruzamos con Bill Murray,
y todo porque era alto, llevaba un gorro que le tapaba la cara de
guiri, andaba con aire de zangolotino y, tenía un aire a Bill Murray.
Si nos ponemos así, yo vivo en la avenida de las estrellas.
Ummm, coñe, que bien huele Velazquez a la altura del Blanco Cerrillo.
Eso sí que tendría que ser un motivo para visitar la ciudad.

--
Sent from Gmail for mobile | mobile.google.com

2 comentarios:

  1. La Semana Santa, esa semana en la que la ciudad se hace imposible para vivir, para moverse, para dormir.

    No entiendo por qué no entienden que no me guste la semana santa (con minúsculas), los capillitas, las lágrimas estúpidas de los estúpidos por los días de lluvia, los costaleros y sus "hombrías", las aparentosas de las mantillas y beodos de palco, los figurantes de la vara ... en definitiva, los que no pisan una iglesia en todo el año y en esta semana se erigen como valuartes del cristianismo y en defensores de la tradición.

    Otra cosa distinta, muy distinta, son las que me joden. Como la de que las calles se corten para disfrute de unos pocos, que el ruido de bandas pitos y flautas sean la norma que impide dormir, que un segurata te impida caminar por donde acostumbras o te apetece. En definitiva; que los caciques con cordon consistorial al cuello, conviertan la ciudad en un lugar para sufrir en vez de un lugar para vivir.

    ResponderEliminar
  2. En cuanto a la argumentación para llamar estúpidos a los que se emocionan por ver suspendido un acontecimiento, el cual pueden llevar esperando un año, un mes, un día, llámese Semana Santa, un concierto, una obra de teatro repentinamente suspendida, una cita anulada, etc., no me parece suficiente. Es cuestión de gustos, simplemente, (entre otras cosas). Y lo dejo ahí.

    En cuanto a lo de Bill Murray, dejo al titular de este blog, que lo demuestre. Yo doy fe de que era él.

    ResponderEliminar