jueves, 10 de enero de 2008

Esta mañana he tenido mi iPod Touch 16GB en una mano y el iPhone (8GB)
en la otra.
El iPhone es más grueso pero pesa menos -o da esa sensación engañado
por el grosor-.
Parece que el hijo del afortunado dueÑo del iPhone es un monstruo al
servicio de Microsoft y se lo ha traído -liberado- de EEUU. Yo no me
atrevo a instalar el Jailbrake con el mío. Ya me siento
suficientemnente culpable por aceptar un carísimo tesoro con estrecha
fecha de vigencia como para arriesgarme a convertirlo en un ladrillo.

Hace años me di cuenta del incongruente círculo de amistades que me
rodeaba -en lo referente a inquietudes- y decidí conservar uno más
reducido aunque igual de inconfruente. Dudo que pueda instalar
aplicaciones metiendo el cacharro en alguna de las zapas de SZ, tal
vez Fariskito sí conozca alguien en la carcel que...qué cosas digo, en
la carcel seguro que se puede uno agenciar el iPhone desde 1 mes antes
de su fabricación

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4 comentarios:

  1. la cárcel lo más parecido al iPhone es la jarrita de latón que se golpea contra los barrotes de un lado a otro para indicar disgusto.

    de todos modos, para no ser pro apple, tienes más widgets/gadgets/subjects/projects que yo...eso si todos con la i delante.

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  2. seguro que apple está mas contento contigo que tu con ellos.

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  3. en ese caso los dos estamos contentos.

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