La sonrisa del padre del campeón

Hay pocas, muy pocas personas a las que odie -a muchas "cosas" en cambio les cojo manía en seguida- sin embargo, desde hace unos meses siento una especial repulsión hacia la familia de Hamilton, sobretodo su padre.
No lo entiendo. Todo me huele a marketing.
No tengo ni idea de la pinta que tiene el padre de Raikkonen y mucho menos conozco la cara de los padres de Felipe Masa o Barrichello y si los he visto no me acuerdo. En cambio me tengo que tragar la sonrisa profiden del padre de Hamilton en cada carrera en la que éste tiene posibilidades de victoria. Ahí, presente, como el padre de aquel chaval que tenía a mi cargo y que venía a la hora de cerrar para meter presión y que no le hiciéramos a su hijo quedarse a limpiar como hacíamos los demás. Supongo que ese hombre pensaba que así hacía que lo respetáramos pero con cada aparición mi concepto sobre su hijo (y su edad mental) iba empeorando.

Es algo que no puedo explicar, como esa manía que le cogí a David Meca y su capacidad de autobombo para hacer una Odisea de cualquier cosa:
- David, has nadado 4 largos en una piscina infantil con tu sobrino. Ha sido duro pero lo has conseguido.
-  Sí, ha sido muy duro, aun quedaban restos de orina de un par de chicos y eso me irritaba los ojos impidiéndome ver las paredes para dar la vuelta, además, cuando llevas tanto tiempo en el agua el gorro se desplaza hasta el cuello y corres el riesgo de morir asfixiado, por no mencionar que el cordón del bañador se carga de electricidad estática con el roce de los testículos y podría morir electrocutado.

Pues eso, tengo asociado al padre de Hamilton con un cuervo sobre algún cartel que anuncia lo lejos que está el pueblo llamado "juego limpio".
Decían el otro día que el problema por el que Alonso tuvo que volver a pista con las ruedas viejas era que alguien se había tomado la molestia en vaciar la presión de las nuevas, y ésto ya está muy cerca de las piedras y troncos que aparecían misteriosamente en el camino de Carlos Sainz, por no mencionar los fallos a la hora de arrancar (lo de quedarse a unos metros del campeonato del mundo lo dejo para el Triangulo de las Bermudas).

Hay algo que no me gusta en todo esto. Todo tiene tufo a cuento de hadas.
No digo que su hermano no tenga realmente parálisis o que su padre no tuviera que emigrar para buscarse la vida, pero me cuesta entender que una familia que pasaba por tantos supuestos problemas económicos decida gastarse los ahorros en el cochecito para que el niño practique algún deporte y los viajecitos para sus carreras.
Como cuando tratan de convencernos del origen humilde de algún deportista diciendo que su familia "vive del campo" como si tener tropecientas personas recolectando tus tierras fuera algo de lo que apenarse.
Cuando no tienes dinero y quieres hacer deporte te apuntas a atletismo o alguna actividad deportiva de tu colegio: ballet, baile, futbito, baloncesto... Y si vives en un barrio muy deprimido te suelen apuntar a Karate, boxeo o cualquier tipo de defensa personal. Lo que no haces es gastarte una pasta en una bolsa de golf con todos sus palos, y si los has heredado juegas en medio del campo, no te haces socio de un club. Si no tienes dinero, quiero decir.

Me imagino al padre de Hamilton sentado en casa en calzoncillos, bebiendo una pinta de cerveza y eruptando mientras le da un coscorrón al que tenga más cerca para que le den el mando de la tele. Después llegan los de Maclaren, lo obligan a ducharse, lo obligan a ponerse el traje que le han traído, le obligan a sacar la petaca del bolsillo interior, le echan el spray/blanqueador/abrillantador para el aliento/dientes y lo sueltan en medio de  la pista con la orden "sonríe".
- ¿Cómo?
-  Que imagines  durante toda la mañana que te están haciendo una "·$·%"%.