viernes, 5 de enero de 2007

I Want to Believe


De pequeño, cuando preguntaba/insinuaba a mi madre si los reyes magos no eran tan magos como parecía y había una cierta relación consanguínea entre ellos y el receptor de los regalos, ella me contestaba que desgraciadamente para los niños que no creían en ellos no traían regalos y que los padres de esos niños no tenían más remedio que sustituirles en la tarea comprando los regalos para que no se quedaran sin.
Así que yo creía. Vaya que si creía, y sigo creyendo. Porque con lo tacaño que soy no soporto la idea de que mis padres y familiares se gastaran dinero en mis caprichos. Además, si no son de tu familia, puedes mandarlos a parir cuando no te gusta algún regalo.

2 comentarios:

  1. Hay que creer en ellos por una simple razón, porque al menos una noche al año volvemos a ser niños otra vez y si dejamos de creer que alguien mágico una noche es capaz de estar en todas las casas dejando ilusiones (no son eso los regalos?) empezamos a perder nuestra primera esencia, la infantil, y sin esa no somos nada.

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  2. ¿volver a ser niño? uy, qué mayor te veo, señor FA

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