El entusiasmo inicial con el que años atrás buscaba sus trabajos no editados en España se va diluyendo poco a poco en el pozo de la popularidad que es El Oscar.
Poco me importa con quien se acuesta (bueno, algo de envidia podría teer) y cuántas fotos le piden al día.
A mí me bastaba su suavidad, su timbre de voz y algúna que otra pirueta lingüistica digna de Sabina (pero menos arabesca).
Get music codes at Bolt.
domingo, 24 de septiembre de 2006
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